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La gente más joven, se preguntará quién era este Señor, los más mayores enseguida nos viene su recuerdo a la memoria, sacerdote de Santa Anastasia y El Sabinar, cuando nuestros pueblos comenzaron a caminar.
Tuve la suerte de mantener varias conversaciones con mosen Carlos, a lo largo de los últimos años, desgraciadamente en el pasado mes de septiembre, su salud estaba muy delicada y no puedo leer el libro de nuestro pueblo, donde tiene su espacio, como persona, sacerdote y amigo.
En los años cuarenta, estudió el bachillerato en los Corazonistas de Zaragoza, se licenció en derecho y con vocación tardía ingresó en el seminario.
Llegó a Santa Anastasia en 1960, recién cantada su primera misa y durante seis años, formó parte de ese grupo de pioneros que vieron nacer nuestro pueblo.
Tras su traslado a Zaragoza, desempeñó varios cargos en la jerarquía de la Iglesia pasando sus últimos años en el Convento de San Benito, de las Hermanas Benedictinas, en el barrio de Miralbueno.
Sus restos, descansan para siempre en su querido Villamayor.
A todos sus sobrinos, sobrinos nietos, conocidos y amigos darle nuestro más sentido pésame de parte de los santanastasieros.
A ti Carlos, estés donde estés, guarda el grato recuerdo de unas generaciones que tuvimos la suerte de disfrutar con tu compañía.
Descansa en paz, y hasta luego.
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