Después de una mala racha con acontecimientos tristes por la despedida de seres muy queridos, confío que todo vuelva a la normalidad.
Pasado el largo puente festivo de San Jorge, donde muchos ejeanos aprovecharon el día 23 para ir de compras a la Ciudad de Tudela, tengo que decir que si exceptuamos las actuaciones del Teatro de La Villa, la programación del Ayuntamiento ejeano para celebrar el día de Aragón, fue bastante floja, será por la crisis o por otros argumentos que desconozco.
En Santa, se mueven muchas cosas:
- Pasaron las confirmaciones.
- La celebración de San Isidro a la vuelta de la esquina con un animado programa.
- La actuación del grupo de teatro de los chavales el día 8.
- El encuentro de bolillos.
- Las primeras comuniones el último domingo de mayo, este año con bautizo incluido.
- La Comisión de fiestas, haciendo números por todos los lados.
Recuerdo con nostalgia el jaleo, que hace unos años vivíamos en nuestro pueblo por estas fechas, la mayoría de vecinos estaban preparando las tierras y sembrando el maíz, cientos de hectáreas de cultivo,que en pocos meses hacía que todos los campos pareciesen un vergel.
Los semilleros de pimiento recibían las últimas caricias, en espera de ser arrancados y plantados con toda su hermosura.
El tomate verdeaba en los caballones como si se hubiesen sembrado con un tiralíneas.
En la Cooperativa, se daban los últimos repasos al listado de planta que tenía que traer Generoso de Fustiñana, en sus naves ya se había almacenado gran cantidad de pacas de alfalfa.
Pero bueno, la vida continúa y los tiempos actuales son los que son, el pueblo continúa con su ritmo, su marcha.... algunos echamos en falta un poco de sombra en algún lugar como la plaza de la Hermandad. ¡Con lo esbeltos que estaban los plataneros!, pero eso al igual que otras cosas, no volverán.
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