Primer tractor que compró mi padre, a medias con Eusebio Laura
No quedan muy lejanos, aquellos
años que celebrábamos el día de San José, en el calendario siempre estaba en
“colorao”, lógicamente era fiesta de guardar.
Alrededor de 1900, comenzó a
celebrarse el día del padre, coincidiendo con el día de San José, es obvio que
no en todos los países del mundo se celebra en esta fecha, pero es costumbre
celebrar la conmemoración en muchos lugares del mundo.
19 de marzo, San José artesano, ¿recordáis
que el carpintero era el padre de Jesús?, se le denominaba artesano, porque probablemente no
fuese carpintero, sino que se tratase de lo que hoy llamaríamos “hombre para
todo”, atendiendo a diversas necesidades de reparaciones, porque exclusivamente la carpintería, no le diese
para vivir.
En casa, como en muchas de
vuestras casas, nuestras madres preparaban los brazos de gitano en el horno de
la cocinilla, la espera se hacia larga hasta que subía el bizcocho, alrededor
de la mesa mirábamos con ojos impacientes que despegasen el bizcocho del papel
de estraza para “rader” con el cuchillo
o los dientes, la pequeña capa que quedaba pegada en el mismo.
Al día siguiente, con los huevos
de las gallinas del corral y la leche de la vaca que teníamos en la cuadra,
preparaban el relleno, ¡Ojala se les agarre! pensábamos, si así ocurría, mi
madre nos dejaba que raspásemos el culo de la sopera para comernos la natilla
quemada.
A la hora del postre, aquel brazo
de gitano estaba muy “gueno”. Los hijos éramos muy felices rodeados a la mesa,
mientras nuestros padres observaban con satisfacción como se nos escurría el
relleno por nuestras pequeñas bocas mientras saboreábamos el delicioso brazo.
Fuimos creciendo, y dejamos de
celebrarlo con nuestros Padres, cuando por fin teníamos carné de conducir,
solíamos ir a comer al campo, en especial a la Bardena.
Más de un noviazgo surgió de
aquellas comidas, los pinos de la
Bardena nos servían de
escondite, con suerte, con mucha suerte diría yo, podíamos tener alguna relación,
más de una vez presumíamos de algo, que no
había ocurrido, excepto en nuestra imaginación.
Primero con tractor y remolque, luego con coches, y
después con nuestros zagales, les enseñábamos a respetar y amar el bosque.
Nunca nos faltó el rancho y el brazo
de gitano, Pablo, el panadero se
encargaba de preparar cantidad de ellos, su hijo Miguel continúa con la tradición.
El domingo, un grupo de amigos,
nos iremos de comida al campo, no tendremos rancho, pero no faltarán las
tortillas, el guiso de conejo y un brazo de gitano que he encargado en la
panadería de Santa.
Pareceremos al abuelo cebolleta
contándonos los recuerdos, pero, lo haremos con sana nostalgia, lástima que
algunos ya no podrán acompañarnos, pero desde el cielo nos dirán: “Aprovechar y
disfrutar, que esto son cuatro días”.
Primero decir que es bonito observar esas fotos del recuerdo ,recordar ese "brazo de gitano para el postre" , pero también decir que es una pena que se vaya dejando esas comidas "entre amigos"a la Bardena, pantano.....
ResponderEliminarcuantos y buenos recuerdos
ResponderEliminarSi fuisteis de comida al campo, porque no nos cuentas donde fuisteis y pones alguna foto, que seguro que hicistes.
ResponderEliminarEl brazo de gitano,sigue en el postre de san Jose,pues en los hornos los siguen haciendo,y luego se rellenan en casa y a comer
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